16 febrero 2015

EGO it's like the Cookie Monster




Te sacas una foto, la ves, te gustas, te gusta como saliste, te gusta la sonrisa o la cara que estas haciendo, te gusta porque te ves y te gustas a vos mismo.

Te vestís, estas listo/a para salir a romper la noche, a cenar, a merendar, a patear piedras al costado del río, no importa la situación, te vestís porque de momento está penado por la ley salir desnudo por la vida.

Que buscamos cuando le pedimos una opinión a otra/s persona/s sobre tal o cual foto, sobre como nos queda tal o cual prenda?

Si ya nos vimos y nos gustamos, si ya dimos diez mil vueltas frente al espejo y nos encanta como nos queda esa remera que compramos, o ese vestido que te regalo la prima de tu vieja que hace mil años no te veía.

Por qué necesitamos que los demás nos digan que nos queda bien? Por qué necesitamos que los otros nos digan que salimos bien en la foto? Por qué imploramos que una foto en una red social tenga mil likes?

En que nos cambia? Nos va a quedar mejor la ropa después de una opinión? Vamos a estar más lindos en la foto después de 50 comentarios positivos?

El que este libre de pecado que tire la primer piedra!!! Pero seamos sinceros...
No estaremos pecando de falsa modestia cuando pedimos opiniones solo para que nos digan lo que ya sabemos (me incluyo en todo esto), pero que queremos escuchar una y otra vez? Hay varios que tienen adentro un obeso mórbido llamado EGO que no puede pasar un día sin que le den de comer, porque si de él se tratara desearía que su masa llegara hasta las nubes.

Aceptemos la crítica que nos den, sea buena o mala, la percepción que tenemos de nosotros mismos enfundados en esa prenda, o de nuestra cara en esa foto, o de nuestra voz en una grabación, no siempre va a ser la misma que tengan los demás y el simple hecho de que lo que nos dicen se condiga con lo que nosotros mismos vemos es lo que hace tan divertido al mundo, la diversidad de opiniones, la diferencia de puntos de vistas, la diferencia de gustos, es lo que nos hace tan únicos, que no siempre tenemos que estar de acuerdo o ver lo mismo en todo lo que se nos pone adelante.

Alimentemos el ego, SI, pero sin excedernos, estar siempre pendientes de lo que opinen, piensen y digan los demás sobre una foto, una prenda, un audio o de lo que sea, nos termina cohibiendo y empieza a crear paredes que nos van impidiendo ser nosotros mismos. Mostrarse tal cual es uno es lo mejor que se puede hacer, porque a la larga o a la corta, la gente va a empezar a apreciarnos viendo más allá de la cara, la ropa, el timbre de voz, etc.




15 febrero 2015

Radiografía de mi Enemigo

Creo que jamás puse esto en mi blog, pero aquí vamos, sufro de trastorno de ansiedad, más conocido generalmente como "Ataques de Pánico".

Empezaron hace mucho, más o menos un mes después de la muerte de mi abuela, no voy a contar lo pasado porque ya en cierto modo lo conté anteriormente.

Bueno, basta de tanta introducción que empiezo a irme por las ramas como de costumbre y jamás cierro una idea.

Radiografía de mi Enemigo :

Tiene una precisión casi quirúrgica, una velocidad devastadora, y una fuerza titánica a la hora de frenar todas mis ganas de cumplir ciertos objetivos.

En que momento permití que me pudiera doblegar? Como logró manipular mi cuerpo hasta el punto de hacerme creer que algo malo me pasa? De que forma se adueñó de mi cabeza para convertirla en una ensalada gobernada por el caos?

Les soy sincero? No tengo ni idea de en que momento obtuvo tanto poder, pero lo que si se es la forma que tiene de quererme doblegar, me autobombardea con ideas y pensamientos totalmente estúpidos, infundados, sensaciones de malestar, dolor, falta de aire, mareos, taquicardias, desesperación, etc.

Ya fui al psiquiatra, ya me medicaron pero no quiero que las pastillas gobiernen mi vida, no quiero ser un esclavo de un pedacito de fármaco que suprime un síntoma, quiero erradicar el síntoma yo mismo, con la ayuda de un profesional o varios, en una sesión de terapia solo o grupal.

Llega un punto en el que te das cuenta que tu enemigo no tiene un cuerpo físico, no tiene un rostro y muchos menos un teléfono al que podamos llamarlo para insultarlo, es un monstruo formado por los miedos, por ciertas cosas que nos enseñaron, por nuestras frustraciones, por nuestras auto limitaciones, por la negación y las situaciones de conflicto no resueltas. En algún momento toda esa basura que juntamos cobra vida, se une cada pedazo con el más próximo y dejamos inconscientemente comience a controlarnos, a limitarnos, a disminuirnos, a volvernos una minúscula copia de un 1/8 de persona de lo que eramos.

Y a veces creemos derrotarlo y dejamos de pelear porque nos conformamos con haberlo doblegado por un tiempo, pero nos damos cuenta de que muchas veces el periodo de paz entre que doblegamos al enemigo a fuerza de pastillas y de terapia es tan solo la calma que antecede a la tormenta, porque lo único que hicimos fue sacarle la coraza externa, dejamos expuesto su/s núcleo/s y ahí es cuando la verdadera pelea empieza, cuando llegamos a la raíz del mal, cuando vemos al enemigo cara a cara y sabemos que está dispuesto a utilizar todos los recursos disponibles para diezmarnos. Hoy en día me encuentro en esta etapa, mirando a los ojos a mi enemigo, utilizando todas las herramientas disponibles a mi alcance para no cederle ni un centímetro más de territorio.

Es loco decirlo, pero cada vez que me miro al espejo y me veo reflejado, se que detrás de mis ojos él se esconde y me mira con el mismo miedo que yo lo miro a él, porque ambos sabemos que la verdadera pelea, recién acaba de empezar.