15 febrero 2015

Radiografía de mi Enemigo

Creo que jamás puse esto en mi blog, pero aquí vamos, sufro de trastorno de ansiedad, más conocido generalmente como "Ataques de Pánico".

Empezaron hace mucho, más o menos un mes después de la muerte de mi abuela, no voy a contar lo pasado porque ya en cierto modo lo conté anteriormente.

Bueno, basta de tanta introducción que empiezo a irme por las ramas como de costumbre y jamás cierro una idea.

Radiografía de mi Enemigo :

Tiene una precisión casi quirúrgica, una velocidad devastadora, y una fuerza titánica a la hora de frenar todas mis ganas de cumplir ciertos objetivos.

En que momento permití que me pudiera doblegar? Como logró manipular mi cuerpo hasta el punto de hacerme creer que algo malo me pasa? De que forma se adueñó de mi cabeza para convertirla en una ensalada gobernada por el caos?

Les soy sincero? No tengo ni idea de en que momento obtuvo tanto poder, pero lo que si se es la forma que tiene de quererme doblegar, me autobombardea con ideas y pensamientos totalmente estúpidos, infundados, sensaciones de malestar, dolor, falta de aire, mareos, taquicardias, desesperación, etc.

Ya fui al psiquiatra, ya me medicaron pero no quiero que las pastillas gobiernen mi vida, no quiero ser un esclavo de un pedacito de fármaco que suprime un síntoma, quiero erradicar el síntoma yo mismo, con la ayuda de un profesional o varios, en una sesión de terapia solo o grupal.

Llega un punto en el que te das cuenta que tu enemigo no tiene un cuerpo físico, no tiene un rostro y muchos menos un teléfono al que podamos llamarlo para insultarlo, es un monstruo formado por los miedos, por ciertas cosas que nos enseñaron, por nuestras frustraciones, por nuestras auto limitaciones, por la negación y las situaciones de conflicto no resueltas. En algún momento toda esa basura que juntamos cobra vida, se une cada pedazo con el más próximo y dejamos inconscientemente comience a controlarnos, a limitarnos, a disminuirnos, a volvernos una minúscula copia de un 1/8 de persona de lo que eramos.

Y a veces creemos derrotarlo y dejamos de pelear porque nos conformamos con haberlo doblegado por un tiempo, pero nos damos cuenta de que muchas veces el periodo de paz entre que doblegamos al enemigo a fuerza de pastillas y de terapia es tan solo la calma que antecede a la tormenta, porque lo único que hicimos fue sacarle la coraza externa, dejamos expuesto su/s núcleo/s y ahí es cuando la verdadera pelea empieza, cuando llegamos a la raíz del mal, cuando vemos al enemigo cara a cara y sabemos que está dispuesto a utilizar todos los recursos disponibles para diezmarnos. Hoy en día me encuentro en esta etapa, mirando a los ojos a mi enemigo, utilizando todas las herramientas disponibles a mi alcance para no cederle ni un centímetro más de territorio.

Es loco decirlo, pero cada vez que me miro al espejo y me veo reflejado, se que detrás de mis ojos él se esconde y me mira con el mismo miedo que yo lo miro a él, porque ambos sabemos que la verdadera pelea, recién acaba de empezar.

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