18 julio 2013

Lo que ven, lo que soy, lo que piden y lo que doy.

A veces me pregunto que es lo que la gente realmente ve cuando me ve, siempre quise verme aunque sea un minuto a través de los ojos de otro, de un extraño, ver que ven, que piensan de mí.

Muchas mañanas y otras tantas noches me paro frente al espejo y analizo lo que me devuelve, o al menos eso intento. Y creo que he llegado al punto en el que me doy cuenta de que para muchos soy un oído gigante, todos me cuentan sus problemas, me hablan de sus vidas sin cesar, me ahogan y yo ante sus ojos...sigo siendo una oreja, sin voz, sin cara, sin cuerpo. En el único momento que puedo alzar la voz es cuando necesitan consejo, y estoy en ese momento en el que me siento un boludo atómico, por haber sido siempre tan inocente de esperar de los demás lo mismo que yo les daba.

Pero te das cuenta cuando caminas bajo la tormenta quien te cubre con su paraguas y quien agachaba la mirada y seguía de largo al verme mojado y con la garganta a punto de estallar de cosas por decir o los ojos vidriosos cargados de lagrimas que buscaban un hombro donde ir a morir. Muchas veces atribuí a que nadie me escuchaba por mi talento para no saber pedir ayuda con la voz, pero cuenta me dí que cuando iba mudo por la vida mi andar y mis ojos pedían a gritos un amigo, un confidente, alguien que me abrace y me diga que todo iba a estar bien, que son cosas de la vida y que los problemas tienen solución, así que para que amargarse y si no tuvieran solución, para que amargarse.

Hoy estoy empezando a ver más claro todo, estoy queriendo bajar un cambio, vengo acelerado desde hace tiempo y el motor me pide a gritos que afloje, ya no voy a ser más aquel oído que siempre está dispuesto a escuchar las 24hs del día, los 365 días del año, hoy importo yo y nadie más que yo.

No voy a prometerme nada, no voy a jurar por nada ni nadie, pero en este momento voy a intentar quererme un poco más, hablar cuando tenga ganas, escuchar cuando yo quiera y no cuando me lo impongan o me coercionen a escuchar cuando no tenga ganas, voy a salir más, voy a intentar volver a ser el que solía ser y quien me acompañe en esta etapa, en esta transición, será bienvenido y todo aquel que se aleje porque no cumplo con sus caprichos tiene mi invitación para irse lo más lejos posible, personas tóxicas NUNCA MÁS, egoístas NUNCA MÁS.

Hoy, mañana y pasado mañana, YO!





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