Hoy hay tanto silencio, tanta carencia de risas, de susurros, de caricias, de promesas y los mil te quieros.
Y estamos atrapados en este juego de muecas, de ausencias, de cobardía, donde ninguno da el brazo a torcer, y sigo buscándote aunque no te pueda encontrar, sigo gritando tu nombre para ver si me escuchas.
Estoy afónico, cansado y ya no hay remedio para la garganta ni para el alma que pueda devolverme la voz, sigo esperando que el eco de tanto grito ahogado llegue a tus oídos, sigo esperando que claves el puñal o que me cures, sigo esperando... esperando.
Y mientras espero, seguimos atrapados en este juego de silencios que no es más que el resabio del sueño que pudo ser y perdimos a mitad de camino.
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