26 febrero 2012

Un poquito de catarsis Vol. II


Continuando con lo anteriormente escrito…

Digamos que con el pasar de los días y habiendo cometido tamaño sincericidio me resultaba difícil, un momento, no se si TAN difícil el hecho de plantearle que quería verla, quería invitarla a tomar un helado, una cerveza, agua de un bebedero, lo que fuera, pero invitarla a hacer algo y que nos incluya a los dos.

Lo hice en reiteradas oportunidades (3) pero estaba en una situación complicada ella, rendía finales, tenia que estudiar y yo me ponía mas loco, porque mis planes se iban a pique, era como construir Titanic’s y que todos se transformasen en naufragios en un mar de preguntas, y si algo me enseñaron es que preguntar mucho te hace pasar de ser curioso a ser un pesado con todas las letras.

Y la vi en una reunión que distaba mucho de ser un jolgorio, era algo mas serio, donde hubo debates, análisis y demás cosas que a un selecto grupo de personas les importaban.

Me sorprendí y no gratamente al darme cuenta de que no me dio bola en toda la noche, por dentro hervía, pero por fuera mantuve la calma, no deje que mis emociones me jugaran una mala pasada ante personas que no sabían absolutamente nada de lo que había hablado con esta persona.

Pasó la noche, pasaron los días y llegaron las fiestas y las vacaciones, quería verla, deseaba mucho verla y no podía.

Opté por ser paciente, por no desesperar y por demostrarle que me importaba, que estaba ahí, pero sin ser un pesado. Creo que mal no me fue, bah de hecho creo que mal no me va, pero eso es otro tema que ya hablaremos mas adelante, por hoy ya es suficiente…

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